Isibon Espili, de 36 años, y Patricia Celeste, de 37, ambos de nacionalidad haitiana, se encuentran detenidos por no dar parte a las autoridades.
La voz de alerta fue dada por el alcaide del paraje quien informó a la Policía Nacional la desaparición de la menor.
De inmediato las autoridades llegaron a la comunidad, donde procedieron a hacer las investigaciones de rigor.
El padre de la infante declaró que el lunes, alrededor de las 7:00 de la noche cuando llegó de trabajar, su esposa le informó que la niña había muerto, por lo que le dijo que no tenía dinero para cubrir los gastos para el entierro.
Decidieron esperar unas horas para ir a enterrarla a uno 20 metros de una laguna, próximo a su residencia.
Las autoridades se dirigieron al lugar donde ciertamente hallaron el cadáver de la infante.
El cadáver fue trasladado al Instituto de Ciencias Forenses en San Pedro de Macorís para determinar la verdadera causa de la muerte.