Systrom, el director ejecutivo de Instagram, y Krieger, su director técnico, anunciaron su decisión el lunes. Systrom, de 34 años, y Krieger, de 32, se conocen desde 2010, cuando transformaron un proyecto de software creado por Systrom en lo que ahora es Instagram, con más de mil millones de usuarios.
Aunque no dieron razones de su salida, en un comunicado conjunto dijeron estar listos para “un nuevo capítulo”, con la sugerencia de que buscan crear algo nuevo.
“Planeamos tomarnos algo de tiempo para explorar nuestra curiosidad y creatividad de nuevo”, dijo Systrom. “Para construir algo nuevo es necesario dar un paso atrás para entender qué nos inspira y emparejar eso con lo que el mundo necesita. Eso es lo que planeamos hacer”.
En el Perú, una alternativa a Machu Picchu aún oculta
Mark Zucerkberg, el director ejecutivo de Facebook, indicó que les “desea lo mejor”. “Estoy a la expectativa de ver qué construyen ahora”.
Las salidas despiertan cuestionamientos sobre el futuro de Instagram en momentos en que Facebook enfrenta varias crisis sostenidas, la mayor cantidad en catorce años de historia. Durante más de dos años, se han sumado críticas contra Facebook por descuidar los datos de sus usuarios y por no prevenir la injerencia extranjera a través de su red, con más de dos mil millones de usuarios. Los problemas se han sumado y han afectado al negocio de Facebook; en julio, la empresa anunció una reducción en sus ventas de anuncios digitales y en la cantidad de usuarios nuevos.
Instagram se suma a esos problemas porque era la gran joya de la empresa. Facebook adquirió Instagram en 2012 por 1000 millones de dólares, cuando el sitio para publicar fotografías era utilizado por alrededor de 30 millones de personas; desde entonces, el uso de la plataforma se ha disparado.
Facebook ya se ha quedado sin los fundadores de otros negocios que adquirió. En abril, Jan Koum, integrante de la junta de Facebook y fundador de WhatsApp, comprado por la empresa en 2014, dijo que se iba. Koum había sugerido que estaba preocupado por la postura de Facebook sobre el manejo de la información de quienes la usan, según personas al tanto de la situación en ese momento.
Instagram fue fundada en 2010 como una aplicación para compartir ubicaciones llamada Burbn. Krieger, un usuario entusiasta de Burbn, conoció a Systrom en un programa de la Universidad de Stanford y decidieron trabajar juntos. Burbn fue cambiado y renombrado como Instagram.
La plataforma se volvió popular en Silicon Valley de inmediato, pues creció el uso de cámaras de teléfonos inteligentes justo cuando aumentó el uso de iPhones. Systrom y Krieger popularizaron el uso de filtros fotográficos y varios otros intentaron copiarlos.
Los dos trabajaban en una oficina en San Francisco, donde batallaron al inicio con mantener sus servidores en línea ante la llegada de cada vez más usuarios. Con el tiempo atrajeron la atención de Zuckerberg, que vio el potencial de una red para compartir imágenes a partir de cómo lo hacían ya usuarios de Facebook. Zuckerberg negoció la adquisición prácticamente él solo con Systrom y Krieger.
La adquisición en 2012 fue la más grande de Facebook hasta ese momento y casi inmediatamente después hubo una oferta inicial pública para cotizar en las bolsas.
Systrom y Krieger de inmediato se volvieron millonarios: Instagram ahora está valuada en casi cien veces más que el precio de compra inicial, de acuerdo con Bloomberg Intelligence.
Zuckerberg después compró Parse, servicio de herramientas para desarrolladores de móviles, y Oculus, empresa emergente de realidad virtual; desembolsó 19.000 millones de dólares por WhatsApp.
Pero Instagram era la mayor historia de éxito de las adquisiciones de Facebook. Instagram ha seguido creciendo en popularidad, incluso cuando parecía que iba a tener problemas en mantener a usuarios jóvenes por la competencia de Snapchat (terminó copiando la herramienta de historias y ahora Snapchat no ha tenido un crecimiento tan consistente como el de Instagram).
Con la salida de Systrom y de Krieger hay incertidumbre sobre qué será de la aplicación. No queda claro quién liderará la empresa sin los cofundadores presentes ni si esa persona, o personas, lograrán mantener los éxitos de la plataforma. Marne Levine, quien era la directora de operaciones de Instagram, dejó ese cargo a principios de septiembre para encargarse de las asociaciones de Facebook.
@nytimes