Así lo explicó el pontífice al reflexionar hoy durante la audiencia sobre el Sexto mandamiento para los católicos: “No cometerás adulterio”.
Francisco afirmó que “a partir de su fidelidad, de su ternura, y de su generosidad y de su generosidad miramos con fe el matrimonio y comprendemos el sentido pleno de la sexualidad”.
“El adultero, el lujurioso, el infiel es aquel que no ha alcanzado esta madurez, que no ha pasado del yo al nosotros, y busca en los demás su propia satisfacción, sin un encuentro fruto de la acogida y la propia donación”, señaló.
Agregó además que “todas las vocaciones en la Iglesia, incluso el sacerdocio y la virginidad, deben estar marcadas por esta relación nupcial, es el Espíritu que llama a un amor sin reservas por la Esposa de Cristo”.
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