El presidente de la Asociación Boliviana de Chefs, Pedro Cadena, dijo a Efe que el objetivo de la propuesta de esta norma busca “impulsar” el sector gastronómico y turístico boliviano a la vez de establecer el Día Nacional de la Sopa de Maní o cacahuete.
La propuesta legislativa se presentó al público en un acto en el que participó la ministra de Culturas del país, Wilma Alanoca, y la parlamentaria Nora Tito, quien se comprometió a impulsarla en el Legislativo boliviano.
Cadena mencionó que uno de los núcleos de la ley es que cada 7 de agosto en hoteles, restaurantes, mercados y hogares bolivianos se fomente el consumo de esta sopa que también está ligada a la historia del país.
Un episodio da cuenta de que el “Che” Guevara consumió sopa de maní una vez capturado y “antes de ser ejecutado”, indicó el experto culinario.
Justamente la alusión al plato y a su consumo recurrente en el foco guerrillero de Ñancahuazú, en Bolivia, la describió Guevara en su diario de campaña.
El platillo se prepara sobre la base de un caldo de res condimentado con ajo, cebolla y pimienta, al que se le adhieren trozos de zanahoria, guisantes y apio y se incorpora la pasta de maní, que es el ingrediente principal.
Las variantes regionales presentan la sopa con macarrones en el occidente del país, en el oriente va acompañada de arroz, mientras que en otras zonas la complementan fríjoles, a lo que se suma frecuentemente una capa de papas fritas.
“Tiene complementos diferentes en función de las regiones, pero sigue siendo la sopa de maní, eso es lo más importante”, complementó el experto.
La selección de esta comida como plato nacional se produjo mediante una consulta en redes sociales, después de valorar que su difusión en el extranjero fue favorable, con galardones gastronómicos.
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