El virus del sida infecta células sanas y secretamente se integra en su material genético, escondiéndose en las propias células infectadas para que el sistema inmune no lo encuentre.
Los medicamentos antirretrovirales que lo combaten son día a día más eficaces y con menos efectos secundarios, pero no logran acabarlo. Con los antirretrovirales el virus escondido en las células infectadas queda como encarcelado y debilitado en un “reservorio viral”, pero latente en el organismo. Es decir, no hay cura.
Solo en un caso, el llamado “paciente de Berlín” (Timothy Brow, hace ya una década sin el virus) se ha dado por curado y eso gracias al primer exitoso trasplante de médula.
“Es algo increíble. El paciente de Berlín no fue una anécdota. Tenemos un segundo caso (que demuestra que) es posible conseguir una remisión total del virus. No queremos hablar de curación, pero en los otros casos donde se interrumpió el tratamiento el virus rebrotó y esto no ha sucedido en este segundo caso”, dijo Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa y colíder del consorcio internacional IciStem, que ha publicado el hallazgo en la revista científica Nature.
El paciente de Berlín fue el primer seropositivo que tras someterse a un trasplante de médula para curar una leucemia que padecía se le retiró luego el tratamiento antirretrovirales y el VIH, lejos de rebrotar, desapareció.
El de ahora es un ciudadano británico que ha pedido no ser identificado y que al igual que el de Berlín fue tratado con un trasplante de células madre procedentes de donantes que tienen una mutación genética llamada CCR5 Delta 32m, la cual impide la entrada del virus en las células diana del VIH (los linfocitos T CD4).
“El trasplante de células madre es un procedimiento médico de riesgo elevado y solo se recomienda para tratar pacientes que padezcan una enfermedad hematológica que no pueda tratarse mediante otras terapias”, explicó hoy Martínez-Picado.
Además, acotó que “la retirada del tratamiento antirretroviral solo puede hacerse por decisión médica y con un seguimiento exhaustivo de la evolución”.
“Al alto riesgo que significa un trasplante de células madre -prosiguió-, se le suma la dificultad de encontrar donantes con la mutación CCR5 en sus células; solo el 1% de personas en Europa la tienen y se concentran en los países del norte, por lo que no es la cura definitiva del virus. pero aporta mucha esperanza”.
A los 18 meses del trasplante al paciente británico, los médicos interrumpieron el tratamiento antirretroviral y al día de hoy el virus permanece indetectable en su sangre. Habitualmente, cuando las personas con infección por el VIH interrumpen el tratamiento, el virus rebota en las 4 primeras semanas.
Ahora, “el siguiente paso será descubrir los mecanismos que hacen que el virus se erradique a través del trasplante de células madre y mimetizarlos con intervenciones menos invasivas”, indicó la coautora del estudio e investigadora María Salgado.
Otros seis pacientes infectados por el VIH han eliminado el virus de su sangre y tejidos tras ser sometidos a trasplantes de células madre, logro atribuido a científicos del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa de Barcelona y del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Pero aún no se les retira los antirretrovirales, según publicó en octubre pasado la revista ‘Annals of Internal Medicine’, de lo que Salud de Acento dio cuenta oportunamente.
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