“La gente de El Paso me dijo que no quería ver al presidente, que no quería que viniera. Ellos creen que es parte del problema”, dijo el demócrata en una entrevista en CNN. O’Rourke acusó a Trump de avivar la llama del odio con su discurso incendiario hacia la inmigración.
El autor de la masacre en un Walmart de la ciudad de O’Rourke confesó a la policía que su objetivo eran “los mexicanos”. Además, el homicida publicó un manifiesto horas antes del tiroteo en el que se declaraba supremacista blanco y arremetía contra una supuesta “invasión hispana” en Texas. El presidente también a tratado de invasores a los migrantes.
En su visita al Centro Médico Universitario de El Paso, el presidente alardeó de la multitud de asistentes a un evento político que celebró en febrero en la ciudad. Y lo comparó con “ese loco Beto. Beto tuvo como 400 personas en un estacionamiento”.
La respuesta de quien también fuera alcalde de El Paso fue clara: “Ni un solo paciente del Centro Médico Universitario o del Hospital del Sol, dos hospitales donde se recuperan sobrevivientes del ataque, quizo ver al presidente. Eso dice todo”.
“Pero para él […] centrarse en comparar eventos políticos o en sí mismo (en cuento la gente le ama) solo demuestra lo enfermo que está este tipo y lo inadecuado que es para este puesto” – dijo el que en 2018 se presentó (sin éxito) al Senado.
Beto O’Rourke también criticó que Donald Trump se hubiera referido a El Paso como un foco de violencia, cuando los datos de criminalidad en la ciudad no dicen lo mismo.
@eldiariony