Según Salazar, Santiago había pedido el divorcio y ya no vivían juntos, pero Rivas se negaba a la idea y constantemente la intimidaba, pero ella nunca lo denunció a la policía, como le habían aconsejado.
Las amenazas fueron más frecuentes en los últimos días. “Le dijimos ’vamos para ponerle una orden de alejamiento’, pero no quiso”, añadió Salazar.
La dominicana, madre de dos niños, tenía cinco años en Nueva York, siempre trabajando en ese lugar como peluquera, informó NY1 Noticias.
Según Salazar, los presentes trataron en vano de protegerla cuando Rivas entró al local con una navaja cerca de las 7 p.m. del miércoles. “No pudimos hacer nada porque él tenía mucha fuerza y le daba en la espalda”.
Salazar afirmó que ella misma intentó detenerlo, pero él la empujó y la tiró al suelo. Luego se lanzó sobre su esposa y la apuñaló en el torso repetidamente.
“Ella se cayó al piso. Cuando nosotros quisimos ayudarla ya no pudimos, tuvimos que salir corriendo porque el hombre intentó darle a la otra señora y a mí con la navaja”, agregó la dueña del salón.
Con la misma arma blanca, Rivas comenzó a causarse heridas en sus brazos, al tiempo que se lanzó hacia Santiago para abrazarla.
Lloraba, mientras la policía lo arrastraba para separarlo de la víctima, quien sangraba mortalmente, reportó Daily News. Poco después fue declarada muerta en el Hospital General de Elmhurst.
Este impactante feminicidio coincidió con la firma ayer de un paquete de nuevas leyes que expanden la protección a las víctimas de violencia doméstica en el estado Nueva York.
@eldiariony
