A la larga llegó incluso el divorcio, por sospechas de infidelidad, luego de una prueba de ADN demostró que la madre era la esperada, pero su esposo no era el padre. Años después, están demandando a la clínica.
Kristina Koedderich y Drew Wasilewski, que ahora están divorciados, fueron al Instituto de Medicina y Ciencia Reproductiva Saint Barnabas en 2012 y gastaron $500 mil dólares para el tratamiento, según los documentos judiciales presentados en el Tribunal Superior del Condado Essex (NJ).
Su hija nació en 2013 y “un par de años después, notaron que comenzó a tener rasgos asiáticos”, dijo a New York Post el abogado de la pareja, David Mazie.
Una prueba de ADN en 2015 confirmó que había “0% de probabilidad” de que Drew (49) fuera el padre biológico de la niña, según la demanda. “La quieren mucho, pero es una situación muy sensible y estresante para ellos”, dijo Mazie.
La negligencia de la clínica provocó “la ruptura del matrimonio entre Kristina y Drew Wasilewski”, afirma la demanda. También quieren saber si el semen de Drew se usó para el tratamiento de FIV de otra persona.
Keith Lynott, juez del Tribunal Superior, ordenó el mes pasado que la clínica entregara una lista de hombres que donaron esperma al mismo tiempo que la pareja usaba las instalaciones, con la esperanza de determinar quién es el padre biológico de la niña.
La pareja busca daños monetarios no especificados, diciendo que el error de la clínica causó “gran dolor, sufrimiento, lesiones permanentes y discapacidades, así como la pérdida del disfrute de la calidad de vida”.
El portavoz de la clínica, Ronn Torossian, dijo que están “examinando a fondo el presunto incidente”.
@eldiariony