Uno de ellos, que pidió reserva de su identidad, dijo que un día normal lleva entre 12 y 15 pedidos al día y que ahora, después del estado de emergencia decretado por la pandemia, han aumentado a 35 y 40.
“Tenemos muchos pedidos. Ha habido que buscar mensajeros de otras sucursales para poder atender la demanda”, comentó el joven mensajero, quien tiene 5 años laborando para una farmacia ubicada en Gazcue. Expresó que no solo brinda servicio en ese sector, sino que también a otros más distantes.
Anda protegido con guantes y mascarillas. Dice que no puede dejar de trabajar, aunque se haya declarado un estado de emergencia por el Covid-19, debido a que tiene una familia que mantener.
Está consciente que el servicio que brinda lo expone a riesgos, pero expresa que en estos momentos los ciudadanos también necesitan que se les brinde atención.
Mucha demanda
“Se ha incrementado pila”, refirió otro joven delivery cuando se le preguntó si tenía mucha demanda en estos días.
Este trabaja en una farmacia en Gascue y en otra en el ensanche Naco. Sostuvo que sigue laborando porque esos establecimientos no han cerrado. Pero manifestó que su deseo es quedarse en su casa con su familia, pero que no puede hacerlo por es el único medio de percibir ingresos.
Al ser entrevistado, a las 11:00 de la mañana, llevaba siete pedidos a familias de diversos sectores del Distrito Nacional.
Desde que en el país se informó a principios de este mes los primeros casos por Covid-19, las farmacias se desbordaron de trabajo, debido a la cantidad de personas que requerían insumos contra el virus.
Comenzaron a escasear mascarillas, envases de manitas limpias en diferentes tamaños, pastillas de vitaminas C y otras que entre sus efectos está la subida de las defensas del cuerpo.
@listin