Se trata del mayor paquete de estímulo económico en la historia moderna de Estados Unidos, alcanzado tras largas negociaciones, según las mismas fuentes.
Según los términos del acuerdo, que ahora deberá ser aprobado por el Congreso, se prevé efectuar pagos directos y beneficios por desempleo a los ciudadanos, así como a los estados y a las empresas afectadas por la crisis de salud pública desatada por el COVID-19.
Los detalles completos del acuerdo aún no se han difundido, aunque según han publicado diversos medios en los últimos días unos US$250,000 millones se reservarán para pagos directos a individuos y familias, US$350,000 millones en préstamos para pequeñas empresas, otros US$250,000 millones en beneficios de seguro de desempleo y US$500,000 millones en préstamos para empresas en dificultades.
El plan supone una inyección masiva de ayuda financiera a una economía en dificultades, afectada por la pérdida de empleos, con disposiciones para ayudar tato a los trabajadores y familias estadounidenses afectados, como a las pequeñas empresas y las principales industrias, incluidas las aerolíneas.
@listin