La canciller alemana, Angela Merkel, y los líderes regionales acordaron la reanudación de la vida escolar de forma escalonada desde el 4 de mayo, así como la reapertura de los comercios de hasta 800 metros cuadrados. Pese a esta reapertura, las autoridades recomiendan , mientras se recomienda llevar mascarilla en todo espacio público.
“Hemos logrado un éxito, pero aún es parcial y frágil”, afirmó Merkel, en alusión a la ralentización de los contagios y el alto número de pacientes recuperados, pero a la vez a la necesidad de que persistan unas restricciones que “implican cambios en la forma de vida y sacrificios”.
La recuperación de algunas actividades empezará ya el próximo lunes, coincidiendo con el fin de las vacaciones de Semana Santa, cuando se reabrirán bibliotecas, archivos y museos.
La reanudación de la actividad escolar tardará aún unas semanas y será gradual, empezando por los alumnos de los últimos cursos de primaria o secundaria.
No obstante, se mantiene la prohibición de reuniones o salidas en grupos de más de dos personas, ampliable a más miembros, para quienes conviven en un mismo hogar. La norma general es mantener una distancia personal mínima de 1,5 metros, lo que no impide la práctica individual de ejercicio o deporte al aire libre.
Restaurantes, teatros y salas de conciertos seguirán cerrados y tampoco se levanta la prohibición a oficios religiosos, mientras que al menos hasta el 31 de agosto no habrá grandes concentraciones.
Se mantiene la recomendación de no hacer viajes privados, incluidos los que se pretendan hacer por razones familiares, con la precisión de que no están prohibidos, aunque se deben evitar.
Estas medidas son de índole general, aunque compete a cada uno de los “Länder” su implementación, de acuerdo al criterio del gobierno regional y al nivel que haya alcanzado la pandemia en su territorio.
Alemania es el quinto país del mundo en número de contagios tras EEUU, España, Italia y Francia. Según el Instituto Robert Koch (RKI, por sus siglas en inglés), competente en la materia en el país, la cifra de infecciones es ahora de 127.584, de los cuales 72.600 son pacientes ya recuperados. El número de víctimas mortales se sitúa en 3.254.
La universidad estadounidense Johns Hopkins, con un sistema de recopilación de datos más dinámico, eleva el número de contagios a 132.210 y el de muertos en 3.254, mientras que sitúa el de pacientes recuperados en 72.000.
El “Land” de Baviera es el que mayor número de contagios ha registrado y también es ahí donde más severas son las restricciones, lo que ha significado casi la paralización de su vida pública.
El Ministerio del Interior decidió por su parte también hoy la prolongación hasta el 4 de mayo de los controles fronterizos impuestos en marzo y que afectan tanto a quienes ingresan en el país por vía terrestre como aérea o marítima.
Estos controles se practican tanto en los pasajeros que entran por las fronteras interiores con Austria, Suiza, Francia, Luxemburgo y Dinamarca, así como a los procedentes de Italia y España.
Desplome del PIB
Alemania se encuentra en recesión “desde marzo”, indicó el miércoles el Ministerio de Economía, que advirtió que esta situación podría durar “hasta mediados de año” y previó también un empeoramiento de la situación en abril.
Ya muy debilitada durante todo 2019 por las tensiones comerciales internacionales, la economía alemana padece ahora las consecuencias de la crisis del coronavirus.
Estudios de los principales institutos económicos pronosticaron la semana pasada que el PIB alemán se desplomará 10% en el segundo trimestre, un nivel sin precedentes en la historia reciente. Según esas mismas fuentes, la tasa de desempleo aumentará hasta 5,9% de la población activa, es decir, 2,5 millones de personas.
La industria exportadora, pilar de la economía alemana, se ve particularmente afectada por la crisis.
Dentro de la industria, el sector automovilístico está sufriendo su peor caída en casi 30 años debido a la crisis del coronavirus que, según directivos de BMW, amenaza incluso la existencia de grandes grupos.
Varios fabricantes, como Daimler y Volkswagen, cerraron parte de sus plantas y la producción se redujo un 37% en marzo, mientras que la demanda nacional cayó 30%, según la federación de fabricantes alemanes.
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