A partir de los datos oficiales disponibles, los expertos han calculado que, de no haberse llevado a cabo el confinamiento entre el 19 de marzo y el 19 de abril casi el 23 % de la población francesa habría resultado infectada por el coronavirus, es decir, unos 14,8 millones de personas.
Los investigadores sostienen que esta medida ha impedido 587.730 hospitalizaciones y 140.320 admisiones en la unidad de cuidados intensivos (UCI) a nivel nacional. Si el estado de salud de los hipotéticos pacientes hubiera sido grave, se estima que se habrían requerido 104.550 camas, cifra muy superior a la capacidad máxima de la UCI de Francia.
La EHESP sostiene que las víctimas mortales que se han evitado gracias a la cuarentena representan una reducción del 83,5 % respecto al número total de muertes pronosticadas. "Nuestro análisis muestra que, sin medidas de control, el covid-19 habría tenido una carga crítica de morbilidad y mortalidad en Francia", reza el estudio, de tal forma que los hospitales de todo el país se habrían desbordado en cuestión de semanas.
El covid-19 ha dejado 23.293 muertes y más de 165.000 infectados en Francia, mientras que al menos 46.000 personas se han recuperado desde el inicio del brote, según los datos de la Universidad Johns Hopkins.
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