De igual forma, propone que cuando esto suceda se mantengan cerrados los centros como discotecas y bares.
Invita a fortalecer el cumplimiento de las disposiciones sobre el distanciamiento social y el confinamiento en las casas en el horario establecido y educar al pueblo para cuando retorne de manera progresiva a la normalidad.
Asegura que preparan unas reglas para ser cumplidas en los templos cuando llegue el momento de abrirlos templos, y de esta forma evitar aglomeraciones de personas.
Este protocolo establecería medidas de “disciplina y control” que aún no han sido descritas por los obispos auxiliares de Santo Domingo, Monseñor Ramón Benito Ángeles Fernández y Monseñor Faustino Burgos Brisman, quienes informaron sobre la creación de este nuevo ceremonial que se implementaran en las parroquias y capillas del país.