Más de un millón de madrileños amanecieron este lunes semiconfinados para tratar de frenar la expansión del coronavirus, mientras el Ministerio de Sanidad pide que las medidas se extiendan a toda la capital y amaga con una intervención si el gobierno regional no actúa en esa dirección.
Los habitantes afectados, ubicados en el sur, las áreas más pobladas y con un nivel económico más bajo, solo podrán salir de su zona para acudir al trabajo, a centros educativos, médicos o por razones de fuerza mayor, mientras que dentro de esos barrios se restringen aforos en actos religiosos, comercios, bares y restaurantes, y se limita el horario de cierre.
Madrid mantiene este plan tras un fin de semana con rumores sobre una posible intervención del Gobierno español, que reclama que las medidas se extiendan a toda la capital y a los municipios de la región que superen los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos quince días.
El ministro español de Sanidad, Salvador Illa, en una entrevista televisada a última hora del domingo, hizo hincapié en que en la Comunidad de Madrid “hay que actuar con determinación” porque, según dijo, hay “un serio riesgo” sanitario, y si no lo hacen, advirtió de que actuarán “en consecuencia”, aunque no especificó de qué forma.
AFP