Santo Domingo.- El padre Tomas García quien proclamó la segunda palabra durante el sermón que año se ofrece en la Catedral, dijo que República Dominicana es una marca país que debido a la corrupción, la desigualdad social y la pandemia del coronavirus se ve alejada del paraíso prometido por Jesús.
“Un país con hermosas playas de arenas blancas, sus paisajes naturales, su merengue pero sobretodo su hospitalaria gente, de viva fe y de gran corazón”, rezaba el discurso del párroco García.
Expresó que al país le ha tocado contemplar una realidad donde hay personas que heridas por el egoísmo y la codicia de ganar dinero fácil, amenaza la vida humana y la familia.
Añadió que el egoísmo continúa provocando desigualdad e injusticia entre los dominicanos.
Aseguró que es necesario reflexionar sobre la manera en que el los ciudadanos se relacionan y abordan los temas relacionados a la trata de personas, el machismo, el matrimonio infantil, el tráfico de droga, la explotación de los recursos naturales, los migrantes y refugiados.
Manifestó que en este último año son muchas las soledades, el distanciamiento y el dolor que la población ha tenido y seguirá afrontando por la angustia de no saber qué pasará.
Exhortó a no sentirse abandonados por Dios porque al igual que al ladrón arrepentido el jamás se olvidaría de sus hijos.
Recordó la importancia de tratar de convivir unos con otros, destacando que somos seres sociales y necesitamos de los demás, no solo para tener lo básico sino para dar identidad, amor y sentido a nuestra propia existencia.
“La vida en la medida que se entrega a los demás, tiene sentido. No hay en nuestra vida, cruz por pequeña o grande que sea que Jesús no comparta con nosotros”.
Afirmó que es hora de ayudar a los donde los más olvidados y llevarles la presencia de Jesús porque para vivir la fe es necesario involucrarse y ensuciarse las manos.
Dijo que el país debe convertirse en un lugar donde todos vivan dignamente y no solo que “sobrevivan”.