Por Joshua Sequera
En 1998, Mark McGwire conectó su cuadrangular número de 70 de la temporada. Todo un récord histórico en el béisbol de las grandes ligas. Sin embargo, la vida que daría un giro por completo no sería la del entonces primera base de los Cardenales de San Luis, sino la de Philip Ozersky, un científico que decidió ir al juego de pelota ese día.
Ozersky trabajaba en la facultad de medicina de la Universidad Washington. Ese día, el joven de 26 años decidió dejar a un lado su rutina dominical y prefirió asistir al juego entre los Expos de Montreal y los Cardenales de San Luis, en lugar de ir a ver a su equipo favorito de la NFL, los Rams. Vale acotar que Ozersky es abonado del equipo de fútbol americano y no se había perdido un juego en tres años, pero ese día pensó que podía ver algo histórico, lo que no sabía es que él sería parte de la historia también.
El encuentro ya le había permitido presenciar historia cuando en el tercer episodio, McGwire conectó su jonrón 69 de la temporada. Ozersky estaba en un palco con algunos compañeros de trabajo y estaban disfrutando al máximo de las hazañas de “Big Mac”. Todo esto se iba a poner aún más emocionante para Ozersky.
En la séptima entrada, McGwire tendría su último turno al bate de la temporada de 1998 y nuevamente despacharía un cuadrangular hacia el jardín izquierdo, pero esta vez la pelota rebotaría de las manos de dos de los compañeros de Ozersky, pegaría en la pared del palco y tras zambullirse, Phillip atraparía la pelota.
Luego de finalizar el juego, Ozersky fue llevado para acudir a la rueda de prensa de McGwire. Una vez concluida la tertulia con los reporteros, el científico fue abordado por el gerente de relaciones para los medios Steve Zesch, quién le ofreció un bate, una pelota y una camisa del equipo, todas firmadas por “Big Mac” en intercambio por su pelota. Ozersky le dijo a Zesch que todo eso sonaba estupendo pero que además de lo ofrecido, quería conocer a McGwire. Zesch le comentó que esto no era posible y Ozersky decidió no entregar la histórica pelota. “Si McGwire hubiera sido agradable y un poco más humilde, probablemente le hubiese devuelto la pelota”, dijo Ozersky.
Tiempo después, se dio a conocer la razón por la cuál McGwire se rehusó a encontrarse con el afortunado aficionado. Luego de que “Big Mac” conectara su jonrón 63, el fanático que atrapó dicha pelota, se le presentó al toletero con una lista de demandas que contenía las cosas que quería en retorno. Desde ese momento, McGwire se rehusó a reunirse con más de los fanáticos que atraparan sus memorables cuadrangulares.
Phil recibió docenas de llamadas al día siguiente, incluyendo múltiples ofertas por 1 millón de dólares por parte de varios vendedores de memorabilia. Finalmente, aceptó una propuesta de la casa de subastas Guerney’s, en la ciudad de Nueva York. La pelota fue vendida por $3.05 millones de dólares estadounidenses.
Antes de la venta, Ozersky tenía un sueldo de $30,000 dólares al año y alquilaba un apartamento de tres habitaciones con su novia Amanda y una amiga en común. Todo eso cambió rápidamente luego de la venta.
Ozersky se casó con Amanda, tienen dos hijas, compró una casa de verano en el estado de Florida, llevó a su hermano y padre al Super Bowl de 1999 dónde jugaron sus amados Rams y ha donado más de $200,000 dólares a causas benéficas.