Quisqueyanos valientes, alcemos nuestro canto con viva emoción (pero algunos tipos ya no se emocionan), y del mundo a la faz ostentemos nuestro invicto glorioso pendón (pero sólo lo ostentamos en los desfiles militares). Salve el pueblo que, intrépido y fuerte, a la guerra a morir se lanzó (pero quienes lo lanzan se quedan en la retaguardia), cuando en bélico reto de muerte sus cadenas de esclavo rompió (pese a todo). Mas Quisqueya, la indómita y brava, siempre altiva la frente alzará (pese a las ofensas); que si fuere mil veces esclava, otras tantas ser libre sabrá (a pesar de sus déspotas, esa ha sido siempre la esperanza).