En medio de algunos indicios de progreso —se reabrieron las vías suburbanas y fue restaurado el servicio de emergencias— el administrador del condado Erie, Mark Poloncarz, advirtió que la policía estará en los puntos de entrada a Buffalo y en las principales intersecciones a fin de velar por la prohibición sobre manejar en la segunda ciudad más grande del estado de Nueva York.
“Hay demasiada gente que está ignorando la prohibición”, declaró Poloncarz en conferencia de prensa.
Las autoridades dijeron que más de 30 personas han muerto en la región. El número de víctimas supera el de la histórica ventisca de 1977, donde huno al menos 29 muertos en una región conocida por el duro clima invernal.
AP