Los cambios de temperatura en el océano propician las condiciones para que toneladas de sargazo en el mar Caribe. Las costas de República Dominicana no escapan a esta situación, especialmente en la zona Bávaro-Punta Cana, de La Altagracia, al registrar el mayor porcentaje de casos de sargazos en el primer cuatrimestre de 2023.
Así lo evidencia el informe “Escenario de presencias de sargazo en territorio dominicano”, publicado por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), al especificar que estos parajes turísticos en abril obtuvieron el 43.9% de todos casos de sargazos.
El informe señala que estos polos también tienen la mayor cantidad de reportes de casos de sargazos en los meses de enero (con 26.8%) y marzo (con 24.4%). En menor porcentaje se ubica febrero, con 4.9%.
Según datos de la ONE, abril fue el mes con más casos de sargazos (42.5%) reportados en las distintas zonas del país en lo que va de 2023. Le sigue marzo, con el 27.6%, y luego enero, con 25.4%, según el reporte oficial. Mientras que febrero figura como el mes con menor cantidad de reportes, al ubicarse con 4.5%.
Solo en 2022 se estimaron alrededor de 2.8 millones de toneladas de sargazos en las costas locales. Ante ese panorama el ministro de Turismo, David Collado, recientemente solicitó a los miembros del consejo ejecutivo de la Organización Mundial del Turismo (OMT) a unirse para buscar una solución conjunta a temas comunes como el sargazo que afecta a gran parte del Caribe.
Agregó que el turismo no es un lujo para República Dominicana, sino un sector de vital impacto a la economía al representar más del 25% del producto interno bruto (PIB).
La ONE explicó que el sargazo que se encuentra en las playas dominicanas pertenece a una especie que se caracteriza por que se pueden agregar para formar extensas masas flotantes en la superficie del mar (plánctones compuestos de organismos que pasan su vida fluctuando), por este motivo es que se pueden ver grandes masas en las costas.
“Este tipo de algas pertenece al género Sargassum, y comprende especies de macroalgas de la clase Phaeophyceae (algas pardas), que incluye más de 300 especies tanto bentónicas como holopelágicas (Guiry & Guiry, 2019). Estas últimas son las que encontramos en nuestro país”, enfatiza el informe.