Los volúmenes de agua en la Presa de Hatillo se reducen dramáticamente, creando alarmas en las comunidades circundantes, pues el agua se ha alejado sustancialmente de las zonas que normalmente conforman sus costas.
El caudal se vislumbra a lo lejos o sencillamente no se ve y para poder tocar el agua, es necesario adentrarse y recorrer terrenos que antes era imposible, pues estaban totalmente cubiertos conformando un enorme estanque.
El embalse posee una cuenca hidrográfica con una extensión de 5,235,63 kilómetros cuadrados, pero hoy día está muy lejos deseos números.
La situación de desolación es igual por todos sus puntos de interacción, pero la zona más crítica acontece por La Sabana del Meladito.
Más de un kilómetro es necesario recorrer para llegar al agua, dejando a cielo abierto un vasto terreno seco, tan amplio, que sobe el mismo, se podría construir varios estadios de fútbol, de béisbol, complejos habitacionales, centros comerciales, zonas de recreación y cualquier otra megaobra del mundo urbanizado.
Estas imágenes impactantes, muestran un amplio recorrido realizado por tierra dejada al desnudo tras la retirada del agua, en lo que antiguamente fue el poblado de la Sabana del Meladito, que fue arrasado e inundado tras la construcción de la Presad Hatillo, entre 1978 y 1984.
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