Un menor de 12 años residente en el barrio Carlos Álvarez, en Villa Mella Santo Domingo Norte, se quitó la vida en su habitación.
El progenitor del infante lo encontró colgado con una soga mientras le preparaba el agua para bañarse. El padre, devastado, esperaba el cuerpo de su hijo en el Instituto Nacional de Ciencias Forenses.
El niño, llamado Ángel Luis Buret, tenía sueños de terminar sus estudios y ayudar a su padre a salir de la pobreza.
Aunque el padre notó algunas acciones extrañas, como imitar la crucifixión, nunca esperó que su hijo tomara esta trágica decisión.
Ángel era un estudiante destacado en la escuela y siempre entregaba sus tareas a tiempo. Los residentes de la comunidad se unieron al padre en busca del cuerpo del niño para no dejarlo solo en este momento tan doloroso.
El padre, conmocionado, expresó su desconcierto por lo sucedido, ya que siempre tuvo una buena relación con su hijo y no comprende los motivos detrás de esta trágica elección.