José Guillén se mantuvo fuera durante la postemporada, luego de que las autoridades federales les informaron a las Grandes Ligas que estaba atado a una investigación sobre uso de sustancias prohibidas.
Guillén, adquirido por los Gigantes desde los Reales de Kansas City a mediados de agosto, se desplomó a finales de la temporada. Aún así se esperaba que estuviera en el roster para los playoffs, pero no fue así. Fue sustituido por Aaron Rowand, quien había tenido poca presencia en el último mes de la temporada regular.
Apenas, unos días antes de la postemporada, las autoridades federales les informaron a las Grandes Ligas que estaban investigando los envíos de hormona de crecimiento que le enviaron a la esposa de Guillén al Área de la Bahía, de acuerdo con los abogados.
Los abogados hablaron en condición de anonimato porque no querían ser identificado producto de las investigaciones a la que es sometido el jardinero.
En tanto que un portavoz de la Major League Baseball (MLB) se negó comentar sobre el caso.
Esta no es la primera vez que Guillén, de 34 años, ha sido vinculado al uso de sustancia para mejorar el rendimiento del cuerpo.
En 2007, el San Francisco Chronicle informó que entre la temporada de mayo de 2002 y junio de 2005, Guillén compró más de 19 mil dólares en la sustancia HGH, así como de otras sustancias en el Centro de Rejuvenecimiento de Palm Beach.
Las autoridades federales en el Área de la Bahía, incluidos los agentes de la Administración de Control de Drogas, están investigando los envíos, y no estaban claro si otros jugadores de las Grandes Ligas recibieron cargas similares.
Desluce actuación de los Gigantes
La revelación de que José Guillén está bajo investigación viene en el momento en que los Gigantes están registrando una sorprendente Serie Final ante los Vigilantes de Texas en su intento de ganar su primera Serie Mundial desde que se mudaron a la ciudad de San Francisco en la temporada de 1958. Con los Gigantes, Guillén participó en 42 juegos, disparó tres jonrones y remolcó 42 carreras para un promedio de bateo de .266.
Por The New York Times