Por: Miguel de jesus Rodriguez
Después de practicar mi English de alta mar con la bella e impresionante joven norteamericana Liss y caminar por el pequeño y hermosos down town de la ciudad de Providence en el Estado de Rodhe Island, me detuve en un café.
Una lluvia, repentina abrazaba el naciente Sol de la tarde hasta empaparlo por completo, disfrutaba de cada gota bajando por el cristal, la lluvia se sentía triste porque tu estabas y no estabas y no sabia si se daba la magia de estar sin estar
El Cielo lloraba, se manifestaba con la lluvia,y en medio de la nostalgia el olor a tierra mojada hasta mi llegaba, miraba a mi alrededor y todos blanquitos, solo yo mulato, en el prestigioso Starbucks Coffe
Al salir vi como el Cielo mostraba su cuerpo derretido ante mis ojos, mis manos abrieron y recibieron el agua de Mayo, la misma que trajo el amor a mi vida, un beso brutal quise dar en aquel cuerpo sin curvas redentoras.
Quería detener el tiempo con un beso apasionado a la que robó la flecha a Cupido para entrarme el verdadero amor por mi costado, pero no estaba, su risa junto al miedo de tomar mis manos se quedaron en el segundo apropiado para dar la medicina de amor.
Como tu no te atreves, la lluvia vino para susurrarme amor, ahora corro pero no escapo, mí marcha se ha detenido, esperando tan solo un abrazo, ahora salgo del café, mí dialogo con la lluvia ha terminado.
Las palabras aqui expresadas solo son mascaras que ocultan, la tristeza y el deseo de gritar tengo un lugar para los dos, ahora camino por las aceras llenas de lagrimas dejadas por una lluvia que te trajo y de nuevo te aleja vida mía