Primero lo vimos parao, luego montado en una motora, también se observó dentro de una ambulancia y ahora le tocó el turno al muerto sentao.
Resulta que la modalidad de realizar velorios creativos logró llamar la atención de otra familia puertorriqueña, esta vez en el barrio San José, de la avenida Barbosa, donde familiares y amigos de Carlos M. Cabrera Mercado lo despiden desde ayer de esta singular manera.
El hombre que, según vecinos del lugar, murió el pasado lunes tras una aparente golpiza con un bate propinada por un desconocido -un incidente que la familia prefiere catalogar como “un accidente”-, fue expuesto anoche en la cancha bajo techo del residencial San José y luce impecable sobre una mesa, en la que está sentado con sus piernas cruzadas y un cigarro en su mano derecha.