De repente se ha desatado en los medios de comunicaciòn una ola de figuras que confiesan ser cristianos, pràcticamente en todas las entrevistas que ofrecen no dejen pasar la oportunidad para declarar su supuesta conversión al señor. Esto evidencia que hay una especie de moda en ese sentido y que el asunto en verdad no es de corazón.
Lo peor del asunto es que entre los (las) que proclaman haber encontrado a Dios, existen figuras que son reincidente en acciones que dejen mucho que desear.
Sería aconsejable para estas personas dejar de jugar con las cosas sagradas, puesto que las cosas de Dios son bastante delicadas, además cuando se es un autentico cristiano ni siquiera es necesario confesarlo en público, la gente se entera por nuestra nueva conducta ante ellos.
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