jueves, 8 de diciembre de 2011

Jesucristo: fundamento y razón de la Natividad


Llegó Navidad, tiempo en que la gente procura expresar felicidad,armonía, gozo, cariño, buenos deseos y confraternidad.

La celebración de la Natividad esta vez llega en medio de un panorama desalentador en el orden económico, político y social, sin embargo, nos montamos de nuevo en las alas del regocijo y la esperanza con el corazón en las manos y una humilde fe que cabalga creyendo que un futuro glorioso nos espera, así pienso.




Es evidente que el mensaje de salvación y amor, del perdón, de la gracia y la reconciliación que trajo Jesucristo a este mundo, son los puntos esenciales que pueden construir una familia fuerte y virtuosa y por ende un mundo mejor, menos endeble

Ojalá que nuestras autoridades desarrollen un recorrido cuidadoso para la ocación en favor de custodiar con esmero a una sociedad que quiere vivir en paz y armonía, en amistad y buena correspondencia, sin violencia, sin feminicidios, sin robos ni asaltos, sin violaciones a niñas ni a niños, sin acción de fuerza e intimidación intrafamiliar, sin crimenes en las calles y los hogares, no sé, pero a lo mejor dicen que el pastor está soñando o clamando en el desierto, pero lo cierto es que hay que tener utopía aunque sea virtual de un país decente, higienizado y sin pillaje. Hablo de República Dominicana y de cualquier país que le pueda servir el sombrero.



Se hace necesario un nuevo nacimiento en Cristo para que el país donde el Señor nos ha dado la oportunidad de nacer
se encuentre con la verdadera Navidad y con el amanecer de la esperanza que es Jesucristo El Rey de Gloria.



Este período de tiempo conocido como Navidad se origina en el nacimiento de nuestro Señor Jesucristo.

La representación del nacimiento de Jesús en Belén de Judea produce en aquellas autoridades turbación.

El contexto en que se desarrollaron los hechos del nacimiento de Cristo.



La narración bíblica relata que cuando el rey Herodes supo que unos magos de oriente que vinieron de oriente a Jerusalén preguntando ¿ Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente y venimos a adorarle. Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él. San Mateo 2: 1-3.

El mensaje de Dios incomoda el plan de la carne, para luego acomodar el propósito del Espíritu.

El anuncio es divino, superior, incontaminado, puro, sin mancha. Y además trae consigo su fruto, “Aquel pueblo asentado en tinieblas vio gran luz; y los asentados en región de sombra de muerte, Luz les resplandeció”. San Mateo 4: 16.

En Belén, y mientras el niño estaba acostado envuelto en pañales en un pesebre, ‘había pastores en la misma región que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño”.


A estos se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: no temáis; porque os doy nuevas de gran gozo para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!. San Lucas 2:8,9,10,11,13,14.

El nacimiento de Cristo trajo reconciliación a las familias de la tierra y Nuevas de Gran Gozo para la humanidad.

Que cada familia se proponga la meta de abrazar la comunicación del mensaje de Cristo no solamente en este espacio de tiempo que trascurre, sino de manera permanente. Ruego en mis oraciones a favor de ti y los tuyos. Amén.


Pastor Antonio Regalado