Solange de la Cruz Matos listindiario
solangedelacruz@gmail.com
En La Lomita de Pinar Quemado, en Jarabacoa, la comunidad decidió dotarse de energía aprovechando el arroyo Loma del Rancho.
El sistema microhidroeléctrico, de 10 kilovatios de potencia, quedó inaugurado en octubre del año pasado, beneficiando con energía permanente a 45 familias, la escuela y otros establecimientos comunitarios.
También en Jarabacoa, en La Peñita, Paso de la Perra, La Ciénaga, Hoya de Ramón y La Cotorra, en el distrito municipal Manabao, sus pobladores construyeron un sistema energético común.
Se trata de una microcentral de 45 kilovatios de potencia establecida en el arroyo Las Auyamas. La obra benefi cia a unas 200 familias en esas cinco localidades.
Esas iniciativas tienen en común no sólo que usan el agua como fuente para generar energía, sino que cada proyecto ha contado con el apoyo técnico y financiero de la oficina local del Programa de Pequeños Subsidios (PPS) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el que procuran contribuir con el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones locales y proteger el medio ambiente.
Michela Izzo, del PPS, ha referido que en los proyectos de energía renovable que ejecutan, siempre con el involucramiento de las comunidades, el eje principal es la mitigación de los efectos del cambio climático. Al usar una fuente limpia, en cada iniciativa estiman cuál es el ahorro de emisiones de dióxido de carbono y cuánto se ahorra el país al no tener que usar combustibles fósiles para generar igual cantidad de energía.
“Ahora mismo están funcionando unas 16 microcentrales hidroeléctricas y hay otras diez en construcción o en fase de estudio, con una potencia instalada que va desde 3.5 hasta 45.0 kilos”, nos cuenta, mientras documenta su testimonio con fotografías de algunos de los proyectos ejecutados.
El sistema microhidroeléctrico, de 10 kilovatios de potencia, quedó inaugurado en octubre del año pasado, beneficiando con energía permanente a 45 familias, la escuela y otros establecimientos comunitarios.
También en Jarabacoa, en La Peñita, Paso de la Perra, La Ciénaga, Hoya de Ramón y La Cotorra, en el distrito municipal Manabao, sus pobladores construyeron un sistema energético común.
Se trata de una microcentral de 45 kilovatios de potencia establecida en el arroyo Las Auyamas. La obra benefi cia a unas 200 familias en esas cinco localidades.
Esas iniciativas tienen en común no sólo que usan el agua como fuente para generar energía, sino que cada proyecto ha contado con el apoyo técnico y financiero de la oficina local del Programa de Pequeños Subsidios (PPS) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con el que procuran contribuir con el mejoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones locales y proteger el medio ambiente.
Michela Izzo, del PPS, ha referido que en los proyectos de energía renovable que ejecutan, siempre con el involucramiento de las comunidades, el eje principal es la mitigación de los efectos del cambio climático. Al usar una fuente limpia, en cada iniciativa estiman cuál es el ahorro de emisiones de dióxido de carbono y cuánto se ahorra el país al no tener que usar combustibles fósiles para generar igual cantidad de energía.
“Ahora mismo están funcionando unas 16 microcentrales hidroeléctricas y hay otras diez en construcción o en fase de estudio, con una potencia instalada que va desde 3.5 hasta 45.0 kilos”, nos cuenta, mientras documenta su testimonio con fotografías de algunos de los proyectos ejecutados.