SANTO DOMINGO. Muchísimas personas, sobre todo mujeres, buscan a cualquier precio lo que parece ser la fórmula mágica que les haga perder peso y engañar al espejo. Cada cierto tiempo, como si lo dictara la moda, aparece una dieta milagrosa que garantiza delgadez inmediata sin que suponga para el interesado ningún esfuerzo.
Disfrazada de nombres tentadores, estas dietas cumplen su cometido a la perfección: las personas bajan de peso rápidamente, sin darse cuenta que estos resultados espectaculares encubren el verdadero problema: la práctica de malos hábitos alimenticios.
Este culto a la delgadez, producto de campañas de mercadeo dirigidas, tiene de cabeza a los endocrinólogos, nutriólogos y sicólogos. En todos los casos, si desea alterar su estilo de vida, y la comida es parte de eso, debe asesorarse. Estar delgado y mantenerse no es cuestión de suerte y sí de hábitos. Pero de hábitos saludables.
Están las dietas macrobióticas, las a base de proteínas... otras son nombradas por el único ingrediente que las compone: la dieta de la sopa de cebolla, la de la manzana, la de la piña... lo malo de estas formulas "infalibles" es que suelen basarse en productos diuréticos que favorecen la eliminación de líquidos, de modo que al bajar el porcentaje corporal de agua, el cuerpo "pierde" peso.
Algunos especialistas piensan que estas dietas constituyen un peligro de salud pública y debe limitarse su difusión. Estas "dietas milagrosas" han demostrado más sus efectos nocivos para la salud que su poder adelgazante. Preste mucha atención a las jóvenes. Son sumamente susceptibles con el tema del peso y esto de las dietas puede convertirse en la punta de lanza de problemas mayores. Por favor, supervise lo que comen o dejan de comer sus hijos.
Estas "dietas" disfrazadas generalmente tienen algún efecto secundario. Desde causar caídas del cabello, estreñimiento o diarrea, deshidratación; hasta taquicardia, insomnio, modificación del estado de animo, cambios de patrones de sueño, etc. Se sabe de algunas que han provocado hipertensión, disparado el colesterol y el ácido úrico, sin hablar de serias deficiencias vitamínicas y minerales.
En algunos casos, el régimen se basa en compuestos de pastillas que se venden libremente y a la vista de todos. Hace algunas semanas escuchamos con estupor la historia de una joven madre que falleció luego de tomar indiscriminadamente una de estas pastillas chinas. En Estados Unidos, los tribunales están sobrecargados de expedientes con demandas de personas que han sufrido todo tipo de trastornos relacionados con el consumo de "compuestos naturales", algunos públicamente prohibidos por las autoridades de salud. Se sabe que algunos de ellos pueden producir malformaciones fetales.
Cuestión de balance
Si usted se siente a disgusto con su peso, ningún especialista le va a decir que no, pero si es serio, le indicará cómo bajarlo de manera correcta. Lograr bajar de peso y mantenerse en el deseado no es cuestión de milagros, sino de disciplina y una balanceada combinación de factores, uno de ellos la comida. Si de todos modos decide arriesgarse siguiendo estas dietas milagrosas, hágalo conociendo a lo que se expone y nunca por un periodo mayor de una semana.
En todos los casos, con el consejo de un médico o no, es importante que se trace metas alcanzables y realistas y 200 libras por semana no son realistas, aunque lo asegure "por su madre" el último gurú de las celulitis.
¿Milagro?
La mayoría de estas dietas son absurdas: desde eliminar grupos completos de alimentos hasta limitarlos a solo uno. Algunos incluyen compuestos herbarios y otros diuréticos. Otros han llegado hasta el extremo de consumir medicamentos que alteran el metabolismo.
En cuestión de peso... ¡mucho cuidado! Que a veces sale más cara la sal que el chivo.
Disfrazada de nombres tentadores, estas dietas cumplen su cometido a la perfección: las personas bajan de peso rápidamente, sin darse cuenta que estos resultados espectaculares encubren el verdadero problema: la práctica de malos hábitos alimenticios.
Este culto a la delgadez, producto de campañas de mercadeo dirigidas, tiene de cabeza a los endocrinólogos, nutriólogos y sicólogos. En todos los casos, si desea alterar su estilo de vida, y la comida es parte de eso, debe asesorarse. Estar delgado y mantenerse no es cuestión de suerte y sí de hábitos. Pero de hábitos saludables.
Están las dietas macrobióticas, las a base de proteínas... otras son nombradas por el único ingrediente que las compone: la dieta de la sopa de cebolla, la de la manzana, la de la piña... lo malo de estas formulas "infalibles" es que suelen basarse en productos diuréticos que favorecen la eliminación de líquidos, de modo que al bajar el porcentaje corporal de agua, el cuerpo "pierde" peso.
Algunos especialistas piensan que estas dietas constituyen un peligro de salud pública y debe limitarse su difusión. Estas "dietas milagrosas" han demostrado más sus efectos nocivos para la salud que su poder adelgazante. Preste mucha atención a las jóvenes. Son sumamente susceptibles con el tema del peso y esto de las dietas puede convertirse en la punta de lanza de problemas mayores. Por favor, supervise lo que comen o dejan de comer sus hijos.
Estas "dietas" disfrazadas generalmente tienen algún efecto secundario. Desde causar caídas del cabello, estreñimiento o diarrea, deshidratación; hasta taquicardia, insomnio, modificación del estado de animo, cambios de patrones de sueño, etc. Se sabe de algunas que han provocado hipertensión, disparado el colesterol y el ácido úrico, sin hablar de serias deficiencias vitamínicas y minerales.
En algunos casos, el régimen se basa en compuestos de pastillas que se venden libremente y a la vista de todos. Hace algunas semanas escuchamos con estupor la historia de una joven madre que falleció luego de tomar indiscriminadamente una de estas pastillas chinas. En Estados Unidos, los tribunales están sobrecargados de expedientes con demandas de personas que han sufrido todo tipo de trastornos relacionados con el consumo de "compuestos naturales", algunos públicamente prohibidos por las autoridades de salud. Se sabe que algunos de ellos pueden producir malformaciones fetales.
Cuestión de balance
Si usted se siente a disgusto con su peso, ningún especialista le va a decir que no, pero si es serio, le indicará cómo bajarlo de manera correcta. Lograr bajar de peso y mantenerse en el deseado no es cuestión de milagros, sino de disciplina y una balanceada combinación de factores, uno de ellos la comida. Si de todos modos decide arriesgarse siguiendo estas dietas milagrosas, hágalo conociendo a lo que se expone y nunca por un periodo mayor de una semana.
En todos los casos, con el consejo de un médico o no, es importante que se trace metas alcanzables y realistas y 200 libras por semana no son realistas, aunque lo asegure "por su madre" el último gurú de las celulitis.
¿Milagro?
La mayoría de estas dietas son absurdas: desde eliminar grupos completos de alimentos hasta limitarlos a solo uno. Algunos incluyen compuestos herbarios y otros diuréticos. Otros han llegado hasta el extremo de consumir medicamentos que alteran el metabolismo.
En cuestión de peso... ¡mucho cuidado! Que a veces sale más cara la sal que el chivo.
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