Fefita la Grande, la Reina del merengue típico dominicano ha dejado de recibir 72 millones de pesos (dos millones de dólares) por contratos que se le han ofrecido y a los cuales no puede responder porque desde hace 11 años no cuenta con visado para entrar a Estados Unidos, dice.
La acordionista, que se considera inocente respecto del uso de su pasaporte extraviado y que fuera “macheteado” por otra persona, ruega que se le restablezca su visado.
Le confiesa a José Jáquez en su libro biográfico “Si quiere venir, que venga” que está dispuesta a arrodillarse ante quien sea para obtener el permiso de viaje. La artista popular, probablemente por una confusión o acción de otra persona, fue injustamente despojada de su visa hace 11 años por las autoridades de migración norteamericanas.
Su situación revela el libro, se complica, porque existe una competencia entre empresarios dominicanos en Estados Unidos, que se disputan el derecho a representarla. En el libro se revelan detalles de la vida de la artista. A veces tiene que comer en el camerino, pero en esa circunstancia no le agrada tener a nadie mirándole. Su actitud ante la vida es la de “una muchachita”, siempre deseando lo mejor para todo el mundo y procurando mejorar aún más en su oficio de intérprete popular. Su nombre real es María Josefa Tavárez, nombre con que su madre la declaró.
La acordionista, que se considera inocente respecto del uso de su pasaporte extraviado y que fuera “macheteado” por otra persona, ruega que se le restablezca su visado.
Le confiesa a José Jáquez en su libro biográfico “Si quiere venir, que venga” que está dispuesta a arrodillarse ante quien sea para obtener el permiso de viaje. La artista popular, probablemente por una confusión o acción de otra persona, fue injustamente despojada de su visa hace 11 años por las autoridades de migración norteamericanas.
Su situación revela el libro, se complica, porque existe una competencia entre empresarios dominicanos en Estados Unidos, que se disputan el derecho a representarla. En el libro se revelan detalles de la vida de la artista. A veces tiene que comer en el camerino, pero en esa circunstancia no le agrada tener a nadie mirándole. Su actitud ante la vida es la de “una muchachita”, siempre deseando lo mejor para todo el mundo y procurando mejorar aún más en su oficio de intérprete popular. Su nombre real es María Josefa Tavárez, nombre con que su madre la declaró.
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