SANTIAGO, República Dominicana.- La mayoría de miembros de la Policía y el Ejército Nacional, así como agentes de seguridad de otras instituciones estatales, quienes agreden a trabajadores de la prensa, no llegan a ser identificados y mucho menos sancionados, pese a las faltas graves en que incurren cuando golpean o torturan a los reporteros gráficos y a los periodistas.
“Los verdugos de la prensa”, quienes ante cualquier diferencia con periodistas o reporteros gráficos, actúan sin contemplación, llegando al maltrato físico, se quedan sin castigo. Las autoridades a veces se excusan y sus acciones no pasan de ser una promesa de sanción, que nunca se concreta.
Reporteros gráficos que laboran para distintos programas informativos locales han sido golpeados, agredidos o apresados por agentes policiales u otras autoridades, sin que se conozcan las sanciones.
Se suman casos de periodistas y otros trabajadores de la información, quienes han encarado problemas por defender el derecho a hacer su labor y a expresarse como ciudadanos.
La mayoría de estos casos caen en el olvido, por la debilidad de los gremios periodísticos para actuar y el desinterés de propietarios y administradores de canales de televisión y radio, que solo ponen atención cuando el caso les perjudica sus negocios o hay equipos de trabajo envueltos.
“Dueños de medios han negociado con agresores para conseguir que les paguen los equipos dañados, pero no defienden a los agredidos”, reveló una fuente que por razones obvia no se identificó.
“Los verdugos de la prensa”, quienes ante cualquier diferencia con periodistas o reporteros gráficos, actúan sin contemplación, llegando al maltrato físico, se quedan sin castigo. Las autoridades a veces se excusan y sus acciones no pasan de ser una promesa de sanción, que nunca se concreta.
Reporteros gráficos que laboran para distintos programas informativos locales han sido golpeados, agredidos o apresados por agentes policiales u otras autoridades, sin que se conozcan las sanciones.
Se suman casos de periodistas y otros trabajadores de la información, quienes han encarado problemas por defender el derecho a hacer su labor y a expresarse como ciudadanos.
La mayoría de estos casos caen en el olvido, por la debilidad de los gremios periodísticos para actuar y el desinterés de propietarios y administradores de canales de televisión y radio, que solo ponen atención cuando el caso les perjudica sus negocios o hay equipos de trabajo envueltos.
“Dueños de medios han negociado con agresores para conseguir que les paguen los equipos dañados, pero no defienden a los agredidos”, reveló una fuente que por razones obvia no se identificó.
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