Las barandillas que evitan la caída y deslizamientos de vehículos hacia los precipicios de la carretera que une las provincias Azua y Barahona, han sido sustraídas por desaprensivos que se dedican al robo de metales.
La accidentada vía se ha convertido en una zona de peligro para el desplazamiento de automóviles por la falta de protección.
A la altura del kilómetro 20 de esta ruta de 52, toda la cerca en metal es inexistente y solo se observan los soportes de agarre de las barandillas metálicas.
El material que roban está dividido en tramos de aproximadamente 10 metros concatenados por tornillos.
La accidentada vía se ha convertido en una zona de peligro para el desplazamiento de automóviles por la falta de protección.
A la altura del kilómetro 20 de esta ruta de 52, toda la cerca en metal es inexistente y solo se observan los soportes de agarre de las barandillas metálicas.
El material que roban está dividido en tramos de aproximadamente 10 metros concatenados por tornillos.