La suspensión de la docencia durante tres días en algunas escuelas públicas del país, debido a las elecciones de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), resulta paradójica, ya que el deber de esa entidad es velar por la continuidad de la enseñanza para afianzar el aprendizaje y no lo contrario.
¿Qué sería de la nación si todas las instituciones, asociaciones, sindicatos y grupos sociales detienen por varios días sus labores para elegir dentro de sus filas a un nuevo líder?
La decisión de los maestros de no impartir docencia por elecciones internas del gremio fue repudiada por diversos sectores de la sociedad, quienes consideraron que el proceso de votación debe realizarse en cuestión de horas y puede llevarse a cabo un fin de semana, sin afectar otros contenidos.
En ese sentido, la presidenta de Acción por la Educación (Educa), Elena Viyella de Paliza, deploró que se hubiera cancelado la enseñanza a causa de las elecciones de la ADP, dejando a casi 2 millones de estudiantes que asisten a los centros educativos sin recibir clases: “es innegociable” que la jornada de esos días perdidos sea repuesta.
La dirigente recordó los resultados de los monitoreos llevados a cabo en 2005 y 2008, por Educa, en coordinación con la GALLUP, los cuales reflejaron que el promedio de clases recibido por los estudiantes en República Dominicana era de dos horas y media efectivas, por lo que detener la docencia haría más crítica esa condición.
Por su parte, la ministra de Educación, Josefina Pimentel, responsabilizó a los directores regionales y distritales de calendarizar esas reposiciones, a fin de que se pueda cumplir con lo establecido en la agenda escolar.