“Llegó el comandante y mandó parar”. En realidad, el anatema fue lanzado por Orlando Vistel, presidente del Instituto Cubano de la Música.
En declaraciones al diario “Granma”, arremetía contra el reguetón.
“Expresión vulgar, banal y mediocre”, denunciaba la entrevista publicada a finales de noviembre, que incendió la Red en América Latina: medios conservadores, poco sospechosos de simpatizar con el reguetón, de repente clamaban contra el recorte de libertades en Cuba. Y van en serio.
Danilo Sirio, presidente del Instituto Cubano de la Radio y de la Televisión, ha sacado el machete:
“En los canales nacionales ya se decidió, no se pone un número grosero más, un número banal más, un número de letra ofensiva y tampoco vídeos que atenten o denigren la imagen de la mujer”.