CARACAS. Oswaldo Guillén digirió su despido de los Marlins de Miami con tranquilidad y pundonor, sin embargo hay una "espinita" clavada en su talón luego del impasse con la comunidad cubana en la Florida, a raíz de sus supuestos comentarios procastristas en la revista Time.
"Para mí las cosas no se averiguaron bien, los periodistas no indagaron en lo que supuestamente dije, los cubanos en Miami terminaron respaldándome, a mí me botaron por malo, no por ese episodio", acotó.
Guillén no evade su responsabilidad, se siente culpable por la catástrofe del conjunto, último en la División Este de la Nacional.