“Un error lo comete cualquiera, lo importante es tener la voluntad de poderse levantar y la honestidad de decir, sí me equivoqué”, dice Mary Peláez, quien visiblemente emocionada exhorta a las jóvenes a seguir adelante, mientras da un testimonio de vida.
A la condenada por lavado de activos, una de las 306 internas de la cárcel Najayo Mujeres, le brota la felicidad cuando dice que es la mejor de su clase de Derecho y que tiene un promedio de 4.00.
“Todo el mundo se equivoca, todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, a una tercera, a una cuarta, a una quinta…todo el mundo tiene derecho a empezar de nuevo, darse cuenta que se equivocó y a darse cuenta de que realmente necesita ser aceptado, no solo en la sociedad sino también a nivel familiar, a nivel espiritual, en todo momento nosotros nos damos cuenta que necesitamos algo más profundo”, indicó.
Para hablar la interna requirió de un permiso de las autoridades.