¿Sabrán los dominicanos de hoy que alguna vez ese oro fue ajeno y Antonio Guzmán lo nacionalizó? ¿Sabrán que Juan Bosch celebró el hecho y pidió que convirtiéramos en joyas nuestro oro, poco o mucho, para sacarle más provecho? ¿Sabrán que la incapacidad burocrática y la pasividad de una sociedad al margen de sí misma hicieron que fracasara esa conquista? ¿Sabrán que ahora, con este premio de consolación, sobre un inmenso potosí de más de 40 mil millones de dólares, Danilo simplemente palia, políticamente en su favor, el enorme daño de una imperdonable traición presidencial a este país?