domingo, 14 de julio de 2013

Fabricantes de automóviles preparan otra "Bestia" presidencial


TORONTO,Canadá.- El Gobierno estadounidense ha empezado a buscar un sustituto para uno de los vehículos más importantes del país, la limusina que asegura la protección del presidente de Estados Unidos. 

La empresa que se encargará de suministrar la nueva limusina presidencial será notificada el próximo 29 de septiembre aunque el anuncio del ganador del concurso no será público.

 De hecho, lo más probable es que el vehículo no será revelado hasta que este a punto de entrar en servicio a principios de 2015, cuando el próximo presidente de Estados Unidos asuma el puesto.

 Pero todo parece apuntar que el encargo podría recaer en el actual proveedor del vehículo, Cadillac, la marca de lujo de General Motors (GM).

 El presidente estadounidense realiza todos sus desplazamientos terrestres cortos a bordo de "La Bestia", el apodo con el que se conoce a la limusina presidencial, especialmente diseñada para proteger en las condiciones más extremas al inquilino de la Casa Blanca.

 En la actualidad ese automóvil es un derivado del vehículo de calle Cadillac DTS.

 Pero sólo en apariencias, "La Bestia" es un Cadillac similar a los que se pueden en cualquier concesionario norteamericano.

 Aunque todos los detalles que envuelven a "La Bestia" son secretos, desde sus dimensiones al motor que lo impulsa, analistas y especialistas han podido componer en los últimos años un retrato robot de las características de la actual limusina presidencial.

 Los especialistas han señalado que dicho coche esta equipado con un centro de comunicaciones ultra avanzado, capaz de resistir ataques bioquímicos y en caso de que el presidente necesite una transfusión de sangre, en el maletero hay un banco de sangre.

 El maletero también parece estar equipado con oxígeno y equipos Npara combatir incendios.

 El depósito de gasolina esta protegido para evitar que pueda explotar incluso si recibe un impacto directo. Lo mismo sucede con los neumáticos, que están protegidos con Kevlar. En caso de que sean destruidos, unas ruedas de acero permitirán al vehículo seguir rodando. 

 En la parte delantera "La Bestia" parece estar equipada con un sistema de visión nocturna y lanzadores para gases lacrimógenos así como otras medidas para dispersar multitudes.

 El chasis contiene aluminio, titanio, materiales cerámicos para proteger contra disparos y explosivos. Lo mismo se puede aplicar del parabrisas y las ventanillas, hechos con un vidrio especial con varias capas que resistiría impactos directos de alta velocidad. 

 También es de esperar que las superficies acristaladas del vehículo estén protegidas con medidas para evitar, por ejemplo, que las conversaciones que pueda mantener el presidente en el interior puedan ser espiadas con tecnologías como sensores láser que detectan vibraciones en el vidrio.