Durante miles de años, los seres humanos han tratado de averiguar si hay vida después de la muerte. Pese a las investigaciones llevadas a cabo en el campo de la neurociencia y la psicología, los casos de experiencias cercanas a la muerte siguen sin contar con una explicación científica convincente. Abundan conjeturas sobre una vida futura, pero no estudios exhaustivos al respecto.
Gracias a la Fundación John Templeton, todo eso podría cambiar. La institución ha decidido invertir cinco millones de dólares en Immortality Project (Proyecto Inmortalidad), una investigación que abarca una amplia gama de temas relacionados con la inmortalidad.
"Tenemos una necesidad humana profunda de entender lo que nos pasa después de la muerte", afirmó el profesor de filosofía John Fischer, investigador principal del proyecto, citado por el portal UCR Today.
En su opinión, "nadie ha estudiado de manera integral y sostenida la inmortalidad en un trabajo que reúna a la ciencia, la teología y la filosofía".
Buena parte de la suma se dedicará a proyectos de investigación. Con los cinco millones de dólares también se financiarán dos conferencias. Además, el Immortality Project cuenta con un sitio web que incluye datos sobre la investigación, glosarios y bibliografías.
En el estudio participarán científicos, filósofos y teólogos y su obra será cuidadosamente revisada por los mejores expertos en estos campos.
Nos centraremos en las experiencias cercanas a la muerte y trataremos de averiguar lo que está pasando allí
"No vamos a gastar dinero en estudiar informes de abducción extraterrestre. Nos centraremos en las experiencias cercanas a la muerte y trataremos de averiguar lo que está pasando allí", subrayó el investigador. "Puede que encontremos algo importante acerca de nuestras vidas y de nuestros valores e incluso algún dato sobre una vida futura", añadió Fischer.
Una de las cuestiones que los investigadores esperan abordar es la de las variaciones culturales en experiencias cercanas a la muerte. Por ejemplo, intentarán explicar por qué los estadounidenses que han experimentado este fenómeno suelen incluir en su descripción un túnel con una luz brillante al final, mientras que en Japón las personas que han estado cerca de la muerte a menudo afirman ver un jardín.