La leche no vive sus mejores días. De alimento endiosado, figura elemental asociada al crecimiento, al fortalecimiento de los huesos y a todo lo que tenía que ver con una alimentación sana; ha ido viendo cómo su fama mermaba a golpe de soja e intolerancia a la lactosa.
Seas de las que siguen fiel al desayuno más tradicional o de las que se han pasado a otras versiones, la leche (de vaca, de cabra, de soja, de almendra o de coco) todavía tiene mucho que decir en cuestiones de belleza.
- Contiene hidratos de carbono, grasas y proteínas, y por ello es un potente suavizante tanto para la piel como para el pelo.
- Además hidrata la piel gracias a su contenido en minerales y vitaminas A, B y D.
- Es uno de los exfoliantes más adecuados para la piel, porque el ácido láctico que contiene elimina las células muertas sin producir irritación o sensibilidad.
- Estimula la producción de colágeno, favoreciendo la elasticidad de la piel y retrasando el envejecimiento.