Nadie se sorprenda si me ven recorrer como un loco Miramar, Placer Bonito, La Piedra, Loma del Cochero, Villa Magallanes, Barrio Azul, Villa Progreso, Barrio México y La Arena. Nadie se sorprenda si San Pedro de Macorís se llena de elefantes con melena y leones con trompa y, más aún, elefantes rayados o tigres con orejotas. Nadie se extrañe de eso, pues ha sucedido al concluir las prácticas de exhibición y fogueo del béisbol de este año (y mientras llega la pelota de verdad en 2015), estamos felices de que Juan Bolívar Díaz, los Feris, César Mella y los Armenteros empiezan a sonreír después de tres siglos de tristeza.