Estoy loco (aunque ya Marianito adelantó cínicamente la sentencia) porque Francisco Domínguez Brito, aunque sea por perder el tiempo, apele ante la misma Suprema Corte de Inmundicia lo que evacuó (literal) el infeliz Moscoso Segarra. Esto porque quien encabezaría la Corte Penal sería Miriam Germán Brito, a cuyos valores y principios temerariamente he apostado frente a muchos escépticos. Espero que esos valores y principios, que le conocí años atrás (¡Ufff...Desde la prehistoria de la degeneración que hoy se nos impone!), pesen más que su lealtad o conveniencia política. Ojalá. Es nuestro último chance.