jueves, 26 de mayo de 2016

El “mall” democrático

Allí no faltan luz, agua, seguridad, redes sanitarias y recogida de basura. Allí habitan pacíficamente todas las clases, igualadas en sus derechos: derecho a elegir con libre albedrío lo que demande su necesidad; derecho a toda expresión civilizada; derecho a transitar libremente por sus alucinantes vías iluminadas y derecho a todos los bienes (siempre y cuando…). Lo mejor de esa sociedad igualitaria es que no hay presidente, diputados, senadores, síndicos ni regidores, ni mucho menos nadie que se llame Roberto Rosario. Es el espacio al que todos debiéramos mudarnos: el “mall” de su preferencia, la democracia perfecta.