Por: Domingo Caba Ramos
Tres menores, en Villa Faro, violan, matan y meten en una funda plástica el cadáver de una niña de cinco años. Los tres pichones de delincuentes mataron como adultos, pero, según la ley, hay que procesarlos como menores. Cuando leo sobre casos como ese, lamento no haber participado en política y optado por una curul en el Congreso Nacional. Les aseguro que mis proyectos de leyes hubieran sido muy, pero muy originales.
Ante casos iguales, legislaría o propondría que a quienes resulten culpables se les condene a la pena máxima. Que hasta que cumplan la mayoría de edad, se les encierre en una cárcel para menores y después de cumplida esta, se les saque de aquí y se envíen a La Victoria o la cárcel del 9 de Azua., no importa que tenga ocho, nueve, diez u once años. Que nadie me venga con el romántico sofisma de que por ser menores de edad no son responsables de sus hechos, por aquello de que no tenían plena conciencia del delito cometido.
Otro de mis originales proyectos sometidos al Congreso sería la Ley de Castración a quienes se compruebe incurren en actos de violación sexual, muy especialmente cuando la afectada sea una niña, una anciana o una discapacitada. Dejarles la testostena funcionando a esos monstruos violadores, constituye un peligro público.