Lo que más detesta la gente de los Crocs son los agujeros. A tanto llega la oposición hacia el particular elemento de diseño de estas piezas, que en Google lo primero que se busca es dónde conseguirlos sin necesidad de exponer el pie a marcas y lesiones por el uso. Pero, ¿por qué se hicieron en primer lugar?
Por esa razón, en 2008, los Centros del gobierno estadounidense para Servicios de Medicare y Medicaid aprobaron un modelo de Crocs con plantilas moleadas como zapatos para diabéticos. A su vez, debido a los accidentes producidos en escaleras eléctricas, hicieron que en Japón, por lo menos, se replanteara su diseño. Asimismo, al estar el pie tan expuesto a infecciones por lo menos en 2007, algunos centros de salud prohibieron este zapato sin huecos, reportó el portal BBC en su momento.
El Hospital Regional de Rapid City cambió su código de vestimenta por este fenómeno. Y por ser de goma, también se tenía el riesgo de estar más cerca de la electricidad estática. Ya para 2009, los Crocs cambiaron su diseño para que esto no pasara.
Ahora bien, desde hace 10 años han sido un fenómeno de ventas a nivel mundial por su comodidad, aunque tiene miles de detractores. Tim Gunn, exdecano de Parsons y jurado de “Project Runway”, incluso los criticó diciendo: “¿Quién puede tomarse esos cascos de plástico en serio?”. También se fundó un blog llamado IHateCrocs.com. ¿Más? La revista “Time” puso a los Crocs como uno de los “50 peores inventos del mundo”.
Pero esto no ha detenido su éxito: cuando el príncipe George, hijo de William y Kate Middleton usó unos, estos zapatos aumentaron un mil 500 por ciento en las ventas, según informó Amazon de Inglaterra. También cotizan en NASDAQ.
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