jueves, 15 de septiembre de 2016

Prestamistas informales inciden desaparición compraventas

SANTIAGO.-Prestamistas informales y los denominados “sanes” extinguen las compraventas, negocios que por décadas constituyó un renglón económico, en las principales ciudades del país, pero que en los últimos años va en decadencia.

 Quienes permanecen en este negocio han tenido que reinventarse y diversificar las ofertas, incluyendo además de empeñar los efectos del hogar y artículo, función inicial del negocio, hacer préstamos de dinero con intereses y otro convertirla en tiendas donde comercializan electrodomésticos y otras mercancías, como una forma se sobrevivir. 

 Además de los artículos que eran tomado como garantía del dinero una de sus áreas fuerte eran las prendas, como cadenas, anillos, relojes, guillo, aretes, artículos que como parte de la dimensión alcanzada por la delincuencia, las personas han dejado de usar, lo que contribuye a la reducción del campo de acción de las compraventas. 

 Hasta inicio de la década de 1980 eran muy comunes estos negocios, los cuales se dedicaban al empeño de electrodomésticos, como televisores, abanico, planchas, neveras, motocicletas y hasta otros tipos de prendas de vestir como zapatos, pantalones.

 Sin embargo con el desarrollo de los parques de zona franca, tomó un auge el número de personas que se dedicaban a hacer préstamos a los empleados de esas industrias, a cambio de los cual tomaban la tarjeta de pago, para éstos realizar el cobro y devolver al empleado el restante dinero cada semana. 

Esa práctica a pesar del deceso que se produjo en esas industrias fue mermando la operatividad de las compraventas o casa de empeño, como otros le llamaban también, por lo que en la actualidad, muchas de estas han desparecido y otras han sido convertidas en tiendas.

 El accionar de este tipo de negocio tenía mayor presencia en los barrios de las principales ciudades, donde los trabajadores y amas de casa acudían con sus prendas a tomar dinero prestados, que en algunos casos, los dueños de esos artículos lo dejaban perder.

 POR FELIX PARRA