martes, 4 de octubre de 2016

Desde la selva…

En todos lados (desde el más ostentoso cruce de avenidas, hasta en las calles más discretas), cualquier animal se vuela un semáforo en rojo, y…(no hay autoridad). De pronto te encuentras a cualquier tipo (desde la opulenta yipeta, hasta la chatarra del concho) en vía contraria, y…(no hay autoridad). Y los ves en cualquier momento a cien kilómetros por hora, parqueados en la acera, circulando sin luces, etc. etc. y etc… (y no hay autoridad). Así es: en este país no hay autoridad ni siquiera para hacer cumplir la ley más fácil de imponer: La del Tránsito… (Bueno, si es que eso existe).