Lo que se aprecia en los dibujos de la patente es que al doblarse, el teléfono Galaxy X tiene un acabado similar al de uno de los costados de la computadora Surface Book de Microsoft, con una bisagra que deja un espacio entre las dos partes plegables.
Cuando el Galaxy X está abierto, o en el modo tradicional de un celular, el smartphone flexible luce casi idéntico a cualquier otro Galaxy, con esquinas redondas, una cámara en la parte alta de la espalda, y exactamente en la mitad están las bisagras que permiten al teléfono doblarse a la mitad.
Hasta ahora, Samsung no ha confirmado ningún teléfono de esta naturaleza más allá de mostrar prototipos de pantallas capaces de doblarse. Sin embargo, los rumores dicen que el teléfono existe, está en desarrollo y la primera fecha de lanzamiento fue fines de este año, pero Samsung habría postergado su lanzamiento a algún momento de 2017.
La mayoría de rumores que hablan del Galaxy X dicen que se venderá en pequeñas cantidades, por la dificultad que representa producir un teléfono de esta naturaleza.
Esto quiere decir que el Galaxy X no competirá con el Galaxy S8, como se le conoce informalmente al teléfono insignia de Samsung para el próximo año.
El Galaxy S8 también tendrá costados curvos --como los Edge de Samsung-- una pantalla 4K, rediseño que elimina casi todos los biseles y el botón frontal. El S8 tendría una cámara dual en la parte trasera, según reportes.
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