lunes, 21 de noviembre de 2016

La razón de todo

¿Que el Estado no está en capacidad de administrar nada con eficiencia? Puede ser cierto. ¿Que no puede ahora mismo garantizar una buena gestión de la Ley 87-01 de la Seguridad Social, que no acatan ni siquiera sus propias instituciones? Es cierto. ¿Que ahí está lo que queda del Instituto Dominicano del Seguro Social, un fracaso por ineficiencia y corrupción? También es cierto. ¿Que este Estado no ha podido ni siquiera sostener sus clínicas y hospitales? Así es. Pero el fracaso no ha sido del Estado (de cuya existencia a veces dudo), sino de una sociedad inmóvil y pendeja que no ha sabido imponer su voluntad. (Dije “imponer”).