El mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán, durante años el narcotraficante más buscado del mundo, cruzó miradas el viernes por primera vez en una corte estadounidense con su joven esposa, pero un juez le negó permiso para visitarle en la cárcel.
Vestida con un abrigo negro, un pañuelo amarillo al cuello, la joven Emma Coronel, una ex reina de belleza de 27 años y madre de mellizos que son hijos de “El Chapo”, viajó desde México para asistir a la audiencia de su marido de 59 años en una corte federal de Brooklyn, constató la AFP.
Los abogados de oficio del exjefe del cartel de Sinaloa, extraditado de México a Estados Unidos el 19 de enero y acusado de 17 cargos que pueden dejarlo en prisión de por vida, pidieron al juez Brian Cogan permiso para que la joven pueda visitarlo en el Centro Correccional Metropolitano, a 3 km de la corte.
Se quejaron de las condiciones de detención y pidieron asimismo acceso a la cárcel para los abogados mexicanos de “El Chapo” y para más personal de su bufete.
Pero Cogan dijo que la decisión corresponde a las autoridades carcelarias, que ya han negado a Coronel el derecho de visita. También defendió las extremas medidas de seguridad para “El Chapo”, que lideró el mayor imperio de droga de las Américas y protagonizó dos fugas espectaculares de cárceles de México.
“Pedimos permiso para que la Sra. Guzmán, que está presente hoy en la corte, pueda visitarlo o llamarlo por teléfono. Hasta ahora no se le permite visitarlo”, dijo al juez una de las abogadas de oficio de “El Chapo”, Michelle Gelernt.
Las medidas de seguridad son tan fuertes “que no se nos permite dar al Sr. Guzmán un vaso de agua”, se quejó Gelernt.
“El Chapo” está aislado en una celda durante 23 horas al día. Solo se le permite una hora de ejercicio solitario.
“Voy a dejar esta decisión a las autoridades de la prisión. Este es un caso inusual”, respondió el juez Cogan.
“Obviamente están tomando medidas extras de seguridad; sabemos las razones de ello”.
“El Chapo”, vestido de traje carcelario azul marino de manga corta, y sin esposas, se mostró tranquilo e inexpresivo, al igual que cuando compareció por primera vez ante la justicia el 20 de enero. Escuchó la audiencia de unos 40 minutos a través de la ayuda de un traductor sentado a su lado.
El juez Cogan autorizó el pedido de la defensa del jefe narco para acceder a sus documentos públicos de extradición en México sin que “El Chapo” tenga que firmar ningún documento.
Pero el gobierno mexicano sigue negando el acceso a estos papeles a menos que “El Chapo” firme un documento cuya lectura no se le permite, se quejó Gelernt.
“Lo que confirmamos hoy es que los cargos (de los que se acusa a Guzmán) aquí nunca fueron objeto de los procedimientos de extradición en México”, denunció Gelernt en una breve conferencia de prensa frente al edificio de la corte y al final de la audiencia.
“El Chapo” Guzmán “está muy preocupado como estamos nosotros por la legalidad de su extradición a Estados Unidos, a la corte del distrito este de Nueva York”, añadió.
Emma Coronel estaba a su lado, pero no habló con periodistas.
El juez Cogan también designó a Matthew Fishbein, un abogado privado, para que visite a “El Chapo” en la cárcel y le explique que sus abogados de oficio pueden tener un potencial conflicto de interés al defenderlo ya que su oficina se ha relacionado en el pasado con un puñado de posibles testigos en su juicio.
“No hay conflicto”, aseguró Gelernt.
El juez fijó la próxima audiencia en 90 días, en torno al 5 de mayo.
Un gran jurado deberá decidir si declara a “El Chapo” culpable o inocente en un largo juicio que aún no tiene fecha de comienzo y en el cual comparecerán al menos unos 40 testigos.
Estados Unidos también busca recuperar al menos una parte de los cerca de 14,000 millones de dólares de ingresos que estima que El Chapo amasó en su empresa criminal.
A cambio de la extradición de Guzmán, las autoridades estadounidenses se comprometieron a no pedir la pena de muerte.
Más de 100 periodistas acudieron a la audiencia, que se realizó bajo medidas de seguridad extremas, con guardias con chalecos antibalas y rifles en la puerta de la corte y dos retenes de seguridad antes de la entrada a la sala.
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