La iniciativa del MoMa, que responde al veto de Trump a ciudadanos de siete países de mayoría musulmana (Libia, Sudán, Somalia, Siria, Irak, Yemen e Irán), pretende poner de relieve la importancia de la libertad y diversidad en el mundo.
Así, entre los cuadros de los reverenciados Pablo Picasso, Vincent Van Gogh, Henri Matisse o Claude Monet, que admiran diariamente cientos de personas en la quinta planta del MoMA, se han colado las obras de pintores y escultores de Irán, Sudán e Irak.
En la galería dedicada a Picasso, por ejemplo, cuelga desde el pasado viernes un pequeño cuadro en óleo del artista sudanés Ibrahim el-Salahi titulado "The Mosque" (1964), que sustituye al "Jugador de cartas" del célebre pintor español.
El museo además ha retirado dos cuadros de Matisse, "La lección de piano" y "El baile", para hacer sitio a una compleja obra en rotulador y papel del artista iraní Charles Hossein Zenderoudi, "Mon Père et Moi" (1962).
También representa a Irán en esta singular exposición un cuadro sin título de Marcos Grigorian, un artista que creció en ese país musulmán, y una gran fotografía de Shirana Shahbazi, ciudadana alemana pero de origen iraní.
En otra de las salas de la quinta planta del MoMA, donde se reúne una impresionante colección de obras realizadas entre 1880 y 1950, puede verse una pequeña escultura en bronce de Parviz Tanavoli, uno de los escultores más destacados de Irán.
Completan la colección de artistas vetados la pintura "El pico de Hong Kong", de Zaha Hadid, arquitecta británica nacida en Irak; y el vídeo "Chit Chat", de Tala Madani, natural de Irán.
Por si alguno de los visitantes tiene alguna duda del porqué de la repentina irrupción de estas obras de arte en las galerías del MoMA, un breve texto en el lateral de cada una de ellas lo aclara.
"Esta obra pertenece a un artista de una nación a cuyos ciudadanos se les está negando el acceso a los EE.UU., según la orden ejecutiva presidencial firmada el 27 de enero de 2017", rezan los letreros.
"Esta es una de varias obras de la colección del museo instaladas en la quinta planta para reafirmar que los ideales de la bienvenida y la libertad son vitales en este museo, así como en EE.UU.", agregan.
Esta iniciativa del MoMA no deja indiferentes a quienes se acercan al museo, uno de los más prestigiosos del mundo.
"Es fantástico, me he quedado de piedra", dijo a Efe una visitante del museo, que no quiso revelar su identidad dada la polémica que suscita el veto migratorio de Trump en EE.UU.
"Me parece repugnante lo que está pasando ahora mismo en mi país y esto es una muestra perfecta de lo importante que es que aceptemos a todo el mundo, sea de donde sea. Todos los ciudadanos del mundo tenemos algo especial que aportar", añadió.
Otros piensan que el resto del mundo del arte en EE.UU. debería seguir el ejemplo del MoMA e involucrarse más a fondo en los problemas sociales del país.
"Creo que es una postura tajante y apoyo que la comunidad artística quiera transmitir este mensaje", aseguró la estadounidense Laura Cardoso.
"El arte debe reaccionar al mundo real y a lo que está pasando. Estaría muy bien -opinó- si otros museos siguieran al MoMA e hicieran lo mismo".
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